lunes, 15 de febrero de 2016

Sara Fernandez, premiada en el Congreso Estatal de Voluntariado de Cruz Roja Española

Europa Press

Cruz Roja Española ha distinguido a con uno de sus cinco Premios Estatales al Voluntariado 'con V de Voluntariado' a la murciana Sara Fernández Belda, que dice ser la persona "más rica del mundo" gracias al cariño que recibe a cambio de su acción altruista y desinteresada, que ella define como "una droga que engancha".



"Todo lo que das al ayudar a los demás se triplica en forma de alegría y satisfacción", destaca Fernández, una funcionaria de la Agencia Tributaria que ha sido premiada en reconocimiento a la labor de voluntariado que desempeña desde hace 11 años con Cruz Roja en proyectos de integración de personas inmigrantes.

"Te conviertes en la persona más rica del mundo y no necesitas dinero, porque una mirada, un gesto de estas personas, es un agradecimiento para ti impresionante", destaca Fernández, quien ha sido galardonada en el transcurso del Congreso Estatal de Voluntariado que Cruz Roja ha celebrado este fin de semana en Valencia.

En concreto, Fernández colabora voluntariamente impartiendo clases de español para extranjeros dos días a la semana durante todo el curso escolar y su labor ha contribuido a que decenas de personas inmigrantes en el municipio de Murcia hayan aprendido español y adquirido las capacidades para desenvolverse de forma más autónoma.

La labor voluntaria es tan gratificante para Fernández que durante una etapa reciente en la que estuvo enferma de cáncer no dejó de impartir sus clases, a pesar de no poder escribir ni siquiera en la pizarra, porque "necesitaba" el cariño de sus alumnos, que actuó como terapia para su enfermedad.

La responsable de sembrar a Fernández el "gusanillo" del voluntariado fue una amiga a la que tuvo que sustituir impartiendo clases de español a inmigrantes. Al quedarse con sus alumnos, descubrió que esa tarea le "encantaba", tal y como ha reconocido en una entrevista concedida a Europa Press.

Y es que su labor como docente no se limita solo a dar clases de español, sino que también le resulta gratificante el contacto con los alumnos, que le ven como una persona de confianza para contarle sus problemas.

En general, remarca que los inmigrantes a los que dan clase no tienen relación con los españoles, sino que solo se desenvuelven en el círculo de personas de su misma nacionalidad. Y es que no saben español, por lo que no se pueden relacionar, buscar trabajo o alquilar una casa. En este sentido, los profesores actúan como las personas de "referencia" que les acogen en España, y los inmigrantes acuden a ellos para plantearles sus problemas.

"Los profesores en algunos momentos nos convertimos en la tabla de salvación de los inmigrantes en España, y les vamos abriendo camino en la sociedad solucionando los problemas que encuentran, como los asuntos de papeleo", destaca Fernández, quien explica que se trata de un proceso de acompañamiento e inmersión.

Por ejemplo, Fernández introduce a sus alumnos en la cultura española y murciana llevándoles al cine, a conciertos o a conocer monumentos de Murcia. Incluso, ha llegado a acompañar a sus estudiantes a un supermercado para enseñarles los diferentes productos, ya que "se da la circunstancia de que los subsaharianos, sobre todo, no conocen las frutas y verduras".

De hecho, los profesores de Cruz Roja suelen hacer fiestas en clase para que los inmigrantes prueben los diferentes alimentos de la gastronomía española y los españoles la suya.

Como resultado de todo este proceso, entre los profesores y los alumnos se forja una relación que va más allá de la simple docencia e, incluso, muchos de los inmigrantes llaman a sus tutores y les invitan a sus casas y viceversa. "Te conviertes en parte de su familia porque ellos no tienen aquí a otras personas y responden al cariño y apoyo que les das", subraya.

Fernández recuerda a una alumna que hace unos diez años volvió a su país, Bulgaria, y desde entonces han mantenido en contacto. "Ella me manda las fotos de su boda o de sus hijos y nos llamamos de forma periódica, preguntándonos cómo estamos e interesándonos por nuestras familias", subraya.

Otra alumna va a casarse en Valencia próximamente y Fernández ha sido invitada a la boda. Además, recuerda que en las clases "han nacido parejas y niños", como un matrimonio marroquí que ya ha tenido tres hijos.

Una de las cosas que "llama mucho la atención" a sus alumnos es que los profesores voluntarios no reciben dinero a cambio. "Ellos piensan que es nuestro trabajo y, cuando descubren lo que es el voluntariado, agradecen más tu labor porque se dan cuenta de que entregas tu tiempo por estar con ellos", matiza.

Y es que la población inmigrante viene en busca de una vida mejor y de trabajo, por lo que su primera necesidad es encontrar un empleo. Por ello, el hecho de que una persona trabaje con ellos sin cobrar nada "no entra en sus esquemas".

En este sentido, Fernández ha lanzado un mensaje a las personas que rechazan a los inmigrantes. "Estas personas deben de saber que el inmigrante es gente encantadora y buenísima, que se entrega a ti cuando le das cariño, porque ellos vienen a un país en el que no tienen nada en común con nosotros: cuando tu le das la mano te hacen suyo completamente", defiende.

Todos estos argumentos han sido valorados por Cruz Roja a la hora de entregar a Fernández el galardón. Además, a ello se suma que es una voluntaria que "transmite su alegría y buen humor y con una gran voluntad de superación incluso en situaciones personales adversas", según las cualidades que le han hecho acreedora del premio.



PREMIOS

Con estos premios, Cruz Roja reconoce la labor individual desarrollada por las personas voluntarias en Cruz Roja Española, así como poner en valor y dar visibilidad a la acción voluntaria.

A estos premios han optado voluntarios de la institución que hayan participado activamente mediante la realización de actividades, que contaran con una antigüedad mínima de un año en calidad de miembro y que no tuvieran ningún procedimiento disciplinario abierto.

Los voluntarios que cumplieron estos requisitos fueron votados por el público general a través de la página web del Congreso. Las 20 más respaldadas pasaron a la siguiente fase, en la que un tribunal compuesto por miembros de Cruz Roja y personas externas a la institución pero vinculadas a otras organizaciones y plataformas de voluntariado eligieron las cinco premiadas.

Entre otras cosas, el jurado ha valorado la permanencia activa del voluntariado en la organización, el impacto de su actividad sobre el entorno o las personas a las que dirige su acción voluntaria, el impacto sobre el desarrollo de la propia Cruz Roja y su compromiso con la organización.

Si bien, Cruz Roja deja claro que cualquiera de los candidatos son merecedores de este o de cualquier premio que reconozca su acción voluntaria y que el fallo identifica, a través de personas concretas, a todas las personas voluntarias de la institución.

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