Según la Asociación de Ciencias
Ambientales, el 17 por ciento de los hogares españoles (más de 7 millones de
personas) dedica un gasto desproporcionado de sus ingresos al pago de las
facturas de la energía y el 9% (más de 4 millones de personas) se declara
incapaz de mantener su vivienda a una temperatura adecuada
La
situación es más preocupante en el caso de las familias atendidas por Cruz
Roja. Según el Boletín Vulnerabilidad Social de la Institución, el 41,4% de los hogares no puede mantener su
vivienda con una temperatura adecuada durante los meses fríos. Y, del 22%
de las personas atendidas que señalan problemas para sufragar gastos de la
vivienda, un 42,2% señala no poder pagar el alquiler, y el 14,8 no hace frente al
pago de la hipoteca desde hace algún tiempo.
Estos son
algunos de los preocupantes indicadores de la denominada 'pobreza energética',
es decir, la incapacidad de un hogar de satisfacer una cantidad mínima de
servicios de la energía para sus necesidades básicas, como mantener la vivienda
en unas condiciones de climatización adecuadas para la salud (18 a 20º C en invierno y 25º C
en verano).
Entre las
causas del agravamiento de la pobreza energética se encuentran la disminución
de ingresos del hogar (relacionado directamente con factores como el
desempleo), el encarecimiento de los precios de la energía, la antigüedad del
parque de viviendas y la disminución de ayudas y subvenciones. Ahora, con la
bajada de las temperaturas, se complica aún más esta situación y su impacto en
la salud de las personas ya que el frío y la humedad permanente en un hogar
pueden llevar a serios problemas respiratorios como asma, bronquitis, etc.
Además, estas condiciones constituyen una de las causas del aumento de la
mortalidad causada por enfermedades cardiovasculares y respiratorias entre
personas mayores de 60 años durante los meses de invierno.
Según el Boletín
sobre la Vulnerabilidad Social, y con respecto a diciembre de 2013, se aprecia
un aumento un notable aumento en los porcentajes de personas que solicitan
ayuda a los Servicios Sociales, a Cruz Roja y a otras ONG para hacer frente al
alquiler. Así, se incrementa en 8 puntos porcentuales quienes solicitan ayuda a
Cruz Roja para pagar los gastos de los servicios del hogar, pasando del 16% al
24%.
Para hacer frente a
esta situación, Cruz Roja Española desarrolla diversos programas de emergencia
social que se dirigen a la cobertura de las necesidades básicas y al apoyo a
las familias para afrontar las situaciones más graves a las que se ven
sometidas.
Así, Cruz Roja
Española en la Región de Murcia atendió en 2015 a 554 familias en situación de
extrema vulnerabilidad en este sentido, proporcionando un total de 1.296
prestaciones o ayudas para hacer frente a las facturas de luz, calefacción, gas
y agua, entre otros. Cruz Roja hace frente a esta situación gracias a la
aportación de los socios que la Institución mantiene en la Región de Murcia, y
que suponen su mayor soporte económico.
La
Unidad de Emergencia Social de Cruz Roja acentúa su actividad con el frío
Los
voluntarios y voluntarias de Cruz Roja se encuentran desarrollando un proyecto
de atención a persona en situación de vulnerabilidad, que se encuentran sin
hogar y sobreviven en asentamientos improvisados. El objetivo fundamental de esta iniciativa es
lograr mejorar, en la medida de lo posible, la calidad de vida de estas
personas que se encuentran viviendo en dichos asentamientos, en estado de pobreza
y extrema vulnerabilidad, satisfaciendo, al menos, sus necesidades básicas de
alimentación e higiene.
Este
programa de atención a personas vulnerables en asentamientos tiene como
antecedente la respuesta facilitada por los voluntarios y voluntarias de Cruz
Roja en la Región de Murcia al colectivo de inmigrantes, solicitantes de asilo,
personas refugiadas con protección internacional y otros colectivos en
situación de vulnerabilidad que, debido a su carencia de recursos económicos y
sociales, se ven abocadas a vivir en asentamientos, en condiciones precarias.
Por el momento, se viene desarrollando en los municipios de Cartagena y
Mazarrón, destinado en estos momentos a un total de 154 personas.
Los
voluntarios y voluntarias de Cruz Roja desarrollan una serie de actuaciones
inmediatas y concretas para lograr proporcionarles una cobertura en aspectos
tan básicos como pueda ser la alimentación, el abrigo o la higiene, al tiempo
que desarrollan también iniciativas para evitar que su grado de vulnerabilidad
y deterioro aumente, facilitándoles herramientas que posibiliten su progresiva
incorporación social y que su nivel de calidad de vida aumente.
Entre las actividades desarrolladas por los
voluntarios y voluntarias de Cruz Roja se incluye, por tanto, el facilitarles
ayuda humanitaria, consistente en agua, alimentos, ropa, o kits de higiene y de
limpieza. Del mismo modo, se les
traslada al centro de salud en caso de necesidad o se les proporciona
material de primeros auxilios o medicamentos en aquellos casos en que así se
requiera. También se les proporciona un
servicio de acompañamiento y apoyo emocional para sobrellevar psicológicamente
la situación por la que atraviesan, así como ayudas económicas puntuales y de
carácter extraordinario, o también mediación social con los recursos
comunitarios, o propios de Cruz Roja, reduciendo las barreras culturales o de
ubicación de la persona, complementándolo con talleres de traducción e
interpretación del Español.
La
Unidad de Emergencia Social (UES) que tiene en funcionamiento Cruz Roja en el
municipio de Cartagena reforzará, durante este periodo de recrudecimiento del
frío, su actividad y el apoyo humano que presta a personas sin hogar.
"Cualquier momento es malo para vivir en la calle, pero estas fechas
resultan especialmente delicadas, por lo que debemos incrementar nuestros
esfuerzos para llegar a todas las personas que nos necesiten", explica Gabriel
Ruiz, presidente de esta entidad en el municipio de Cartagena.
El servicio
que realiza la UES es una más de las diversas iniciativas puestas en marcha por
Cruz Roja para dar respuesta a las nuevas necesidades y nuevos perfiles de
solicitantes de ayuda derivados de la crisis económica. Conformado íntegramente
por voluntariado, este dispositivo, que cuenta con financiación del Ministerio
de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad y de la Consejería de Igualdad y
Políticas Sociales, ofrece a las
personas sin hogar comida y bebida, sacos de dormir, ropa de abrigo (polares,
calcetines, zapatillas), kits de higiene y apoyo humano y psicológico, además
de asesoramiento y atención sanitaria básica. Asimismo, este recurso busca
servir de enlace para intentar, en la medida de lo posible, integrar al
colectivo de personas sin hogar en la red de asistencia normalizada, con objeto
de promover de este modo su inclusión en la sociedad.
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